Estrellas y Borrascas

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EL OBSERVATORIO

Informe climatológico del año 1990

Los días 19 y 20 de agosto de 1990 fueron muy tormentosos. En esta gráfica del termohigrógrafo del Observatorio de Torremocha se pueden ver las curvas diurnas de temperatura (arriba) y humedad relativa (abajo). El día 16 se ven claramente los efectos de dos fuertes tormentas en la misma tarde: primero con un descenso de más de 16 ºC en unas dos horas después del mediodía, y posteriormente otro bajón de unos 14 ºC después de las 18 horas. Nótese abajo la correspondencia entre el aumento de la humedad relativa y el descenso térmico.

La variabilidad atmosférica fue uno de los principales rasgos de 1990, año en el que una temperatura media de 10,6 ºC (una décima por debajo de la media de la serie) enmascara algunas anomalías térmicas notables, que fueron extensivas a la mayor parte de España, en especial a la vertiente mediterránea. Fue, asimismo, un año seco en el que sólo las tormentas estivales dejaron cantidades de precipitación significativas.

Febrero plenamente primaveral

La variabilidad anual de 1990 se aprecia bien en el carácter de los tres meses invernales: enero tuvo una temperatura media de 2,3 ºC, dentro de lo normal, pero febrero, con un promedio de 7,2 ºC, fue extraordinariamente cálido, y diciembre, con 0,3 de media, fue frío. No sólo en Torremocha, sino en el conjunto de la red meteorológica febrero de 1990 marca un hito por las altas temperaturas de un mes que se mostró meteorológicamente más primaveral que invernal. En el caso de Torremocha, junto a la media mensual de 7,2, el dato importante fueron las temperaturas diurnas, que se plasmaron en una media de las máximas de 15,9 ºC. Al tratarse de un mes seco, con sólo 0,4 litros por metro cuadrado (mm.) de precipitación, y en el que dominaron los cielos despejados, se produjo un acusado contraste entre las temperaturas diurnas y nocturnas, ya que la media de las mínimas fue de -1,4. Por tanto, en febrero de 1990 hubo una diferencia de 17,3 ºC entre los promedios de las máximas y las mínimas.

Frecuentes heladas en primavera

El verano fue cálido, con medias mensuales de 20,7 y 20,6 ºC en julio y agosto, respectivamente. Las temperaturas extremas del año se dieron en julio y diciembre: 35,0 ºC el 25 de julio y -12,7 el 15 de diciembre. A lo largo del año se registraron 142 días de helada, quedando el periodo libre de las mismas entre los días 26 de mayo y 4 de octubre. Abril, que volvió a mostrar un carácter frío, tuvo 16 días de helada y una mínima de -7,3 ºC. Mayo también destacó por algunas de sus heladas, ya que el termómetro bajó de los 0 ºC en seis días y la mínima del mes fue de -4,0 ºC.

Máximo de lluvia gracias a las tormentas

La precipitación anual de 1990 fue de sólo 270,5 mm. En el conjunto del año sobresale la anomalía de junio, que habitualmente es uno de los meses más lluviosos y en 1990 no registró precipitación alguna. El máximo del año correspondió a agosto, con 97,0 mm., dato que nos indica de nuevo el papel de la actividad tormentosa en el aporte de precipitaciones. La primavera fue seca, y en otoño se produjo el segundo máximo del año, correspondiente a septiembre, con unos discretos 36,1 mm. de lluvia.

"Aun a pesar de tener relojes rotos en los baúles, en las Nubes de Magallanes se guardan los más absolutos y recónditos momentos"

Carmen Cortelles

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