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Pléyades (Messier 45): el gran
enjambre de los soles azules

2018-01-24

Este enjambre de soles azules hechizó a la humanidad antes de que ésta se transformara en civilización. Todos los pueblos de la Tierra le han rendido tributo a lo largo de los siglos, haciendo de este cúmulo estelar abierto uno de los objetos celestes más observados de la historia. En unos lugares les llaman "las siete hermanas", en otros "las siete cabrillas", pero en todos se ha sucumbido a su sugestiva imagen, que nos muestra un grupo de estrellas inédito en los cielos, reunido como una familia o un rebaño en medio de la negrura del firmamento. La mayoría de la gente puede distinguir sus siete estrellas más brillantes, pero las personas de vista aguda alcanzan nueve, y los prismáticos y telescopios las magnifican como si acabáramos de abrir un cofre de diamantes. A finales de verano y durante el otoño, las Pléyades vuelven a destacar en el firmamento tras haber desaparecido en mayo y junio, cuando se encuentran en una perspectiva cercana a la del Sol durante las semanas próximas al solsticio que marca el inicio del verano en el hemisferio norte y del invierno en el hemisferio austral. Y en agosto, la presencia de las Pléyades sobre el horizonte este se combina, avanzada la madrugada, con la Vía Láctea cruzando la bóveda celeste y el espectáculo de la lluvia de estrellas fugaces (meteoros) de las Perseidas, conocidas popularmente como Lágrimas de san Lorenzo al coincidir el máximo de la lluvia con la festividad de este santo, que se celebra el 10 de agosto. Durante el otoño y el invierno las Pléyades conviven en el firmamento con la constelación de Orion, la más famosa y, probablemente, la más bella Las nueve estrellas principales del cúmulo de las Pléyades son las siguientes: Alcyone (Eta Tauri), Merope (23 Tauri), Electra (17 Tauri), Celeno (14 Tauri), Taygete (19 Tauri), Maia (20 Tauri), Atlas (27 Tauri), Pleione (28 Tauri) y Asterope (21 Tauri). Todas ellas son fáciles de identificar con un mapa estelar y unos simples prismáticos, un instrumento astronómico ideal para contemplar un objeto celeste de gran tamaño como las Pléyades, para el que los telescopios de gran longitud focal no son los más adecuados, ya que el campo óptico es limitado e impide muchas veces una visión de conjunto de todo el enjambre.

 

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FOTOGRAFÍA: Las Pléyades (Messier 45), en una imagen moderna compuesta a partir de la toma original realizada a mediados del siglo XX con la Cámara Schmidt de 48 pulgadas de abertura del Observatorio de Monte Palomar. El Telescopio Espacial Hubble ha permitido afinar los cálculos sobre la distancia a la que se encuentra el cúmulo, que actualmente se cifra en 440 años luz. (Foto: NASA, ESA and AURA/Caltech)

 

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Carmen Cortelles

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